sábado, 14 de septiembre de 2013

Blood-C: The Last Dark

Título: Blood-C: The Last Dark
Director: Naoyoshi Shiotani
Intérpretes (voces): Nana Mizuki, Kenji Nojima, Ai Hashimoto, Hiroshi Kamiya
Año de estreno: 2012

Como ya anticipé hace un par de semanas, el argumento de Blood-C no terminaba en su duodécimo episodio, y por fin he conocido el desenlace de la historia de Saya, cuyo paso por CLAMP resulta más que evidente en giros argumentales, recursos narrativos y misterios varios. Atención, que la sinopsis que sigue contiene algunos spoilers.

Blood-C: The Last Dark se desarrolla apenas unos meses después del final de la serie. Saya ha viajado hasta Tokio en busca de Fumito, sedienta de venganza. El gobierno ha impuesto políticas de restricción para los jóvenes, censurando Internet e imponiendo toques de queda, y Saya conoce a los integrantes de SIRRUT, una organización que lucha contra estas normas. SIRRUT está dirigido por un primo de Fumito llamado Kuroto que tiene sus propios motivos para desear que Fumito muerda el polvo, por lo que ofrece a Saya toda la ayuda necesaria para llevar a cabo su venganza. Sin embargo, no es él, sino el resto de integrantes de SIRRUT, en especial una muchacha llamada Mana, quienes consigan que Saya salga de su cascarón de odio para mirar la vida desde otra perspectiva.

Como toda buena película basada en un anime o, como en este caso en concreto, lo completa, Blood-C: The Last Dark retoma el estilo de animación mejorando la calidad de la misma, y el cambio de escenario permite a sus creadores introducir nuevas ubicaciones en que una Saya diametralmente opuesta a la de la serie se desenvuelve de maneras muy diversas. El diseño del personaje se permite sus homenajes a la protagonista de Blood: the last vampire, mientras que los nuevos secundarios se ajustan a los diseños que vienen haciendo las CLAMP en los últimos años. Como decía en la introducción, la mano de estas autoras se nota a lo largo de la película con inclusiones de personajes que incluyen la serie en el amplio universo creado por ellas, además de sus recursos más tradicionales, como dejar preguntas sin respuesta o abrir misterios en el último minuto.

Blood-C: The Last Dark gana respecto a la serie un ritmo mucho más entretenido, aunque lo cierto es que, de no ser por ciertos detalles argumentales, podría ser una película completamente independiente de la serie que la precedió.

Puntuación: 5

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