viernes, 18 de enero de 2013

La gata sobre el tejado de zinc caliente

Título: La gata sobre el tejado de zinc caliente
Autor: Tennessee Williams
Año de publicación: 1955
Editorial: El Mundo

Desde que mi madre me regaló por mi cumpleaños la Barbie de colección Elizabeth Taylor White Diamonds, he empezado a interesarme por la carrera de esta actriz tan emblemática. Hasta ahora, la única película completa que he visto protagonizada por ella es Gigante, más recordada por tratarse del último título estrenado por James Dean antes de su prematura muerte. Actualmente tengo pendientes varios títulos de la filmografía de Taylor, entre ellos La gata sobre el tejado de zinc, que adapta la obra de teatro que nos ocupa. Ya que tenía el libro en casa, preferí leerlo antes de ver la película, una de las interpretaciones más aplaudidas de Elizabeth Taylor, que logró que su personaje robara el protagonismo al de Paul Newman, verdadero epicentro de la historia.

La gata sobre el tejado de zinc caliente se desarrolla en el seno de una familia en crisis, los Pollitt, del sur de los Estados Unidos. Durante la celebración del cumpleaños del patriarca de la familia, el abuelo, al borde de la muerte debido a un avanzado cáncer, salen a la luz las disputas entre sus dos hijos, el primogénito Gooper (ambicioso, celoso de la preferencia de su padre por el hermano menor) y el benjamín Brick (alcohólico, considerado un fracasado y lastrado por dolorosos traumas juveniles), y las esposas de ambos: la igualmente ambiciosa (y fértil) Mae y la insatisfecha Margaret, más conocida como Maggie. El gran asunto de la tarde en la que se desarrolla la historia es el reparto de la cuantiosa herencia del patriarca, y los implicados no tardan en mostrar sus cartas con el objetivo de sacar el máximo provecho posible.

El título proviene de la manera en que Maggie se define a sí misma al comienzo del primer acto, cuando describe su insostenible relación con Brick: es una gata sobre un tejado de zinc caliente, cuyo único triunfo es aguantar lo máximo posible sentada en dicho tejado. Brick emplea más adelante el símil para hacer alusión a sus problemas con la bebida, que comenzaron a raíz del suicidio de su mejor amigo, Skipper; el tema de la homosexualidad, con sus tabúes y sus malinterpretaciones, queda dolorosamente expuesto cuando Brick se sincera con su padre. La cercanía de la muerte y la ausencia de honestidad cierran el mosaico de temas tratados en la obra, que configura un drama en el que se pueden identificar, sin dificultad, situaciones familiares reconocibles y extrapolables a la realidad. Se deja, sin embargo, un resquicio de esperanza que da a la historia un final abierto, con una nota positiva entre tanto dolor.

La gata sobre el tejado de zinc es una historia de gran fuerza y sentimientos esbozados con mucha intensidad. Su lectura me ha dado muchas ganas de leer algo más de este dramaturgo estadounidense tan atormentado.

Puntuación: 9

2 comentarios:

  1. No me he leído el libro, pero la película es una de mis favoritas de Liz Taylor, junto con la que mencionas, Gigante, y la infravalorada Cleopatra. Tengo las tres en mi colección de DVDs, porque son perfectas para pasar una tarde de cine y palomitas. Además, en la de La gata... tienes el añadido de un Paul Newman impresionante. Besitos!

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  2. Cleopatra la he visto a trozos, supongo que acabaré cayendo. ¡Ya veo que eres una incondicional de Liz! Tengo pendiente un repaso a su filmografía.

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