viernes, 17 de junio de 2011

La duquesa de Padua

Imagen de valdemar.com
Título: La duquesa de Padua
Autor: Oscar Wilde
Año de publicación: 1883
Editorial: Valdemar

Prosigo mi recorrido por las obras de teatro de uno de mis autores predilectos, algo abandonado desde que leyera Vera, o los nihilistas en febrero. Debo reconocer que no me entusiasmaba demasiado leer teatro (cosa que sólo hacía cuando me lo mandaban, ya fuera en el instituto o en la universidad), pero eso cambió desde que leí Casa de muñecas, de Ibsen. Gracias a él y, por supuesto, a Wilde, leo el teatro con otros ojos.

La duquesa de Padua se desarrolla en dicha ciudad, a la que llega el joven Guido Ferranti tras recibir una carta cuyo remitente desconoce. Una vez en la ciudad se desvela la identidad del hombre que le escribió: se trata del Conde Moranzone, que le cuenta a Guido quién era su verdadero padre: el Duque Lorenzo, regente de Padua, que fue ejecutado tras ser traicionado por su hombre de confianza, Simone Grosso, actual Duque de Padua. El Conde hace jurar a Guido que llevará a cabo su venganza contra el malvado, y para ello se hace pasar por un cortesano hasta ganarse la confianza del Duque. No obstante, su objetivo se tambalea cuando se enamora perdidamente de Beatrice, esposa de su enemigo.

Al igual que sucedía con Vera, o los nihilistas, La duquesa de Padua tiene una forma y un fondo característicamente shakesperianos, tal vez aún más evidentes que en la primera obra de teatro, al estar ambientada en la Italia tardomedieval. La influencia de Romeo y Julieta, Hamlet y algún que otro toque de Macbeth es muy acusada, y a diferencia de Vera, La duquesa de Padua carece de ironías y aforismos que amenicen el trágico desarrollo del argumento, aunque cuenta con algunos poéticos soliloquios realmente fantásticos. Además, en mi opinión es muy interesante cómo se desplaza el protagonismo de Guido a Beatrice, que no por nada es el personaje titular de la obra.

Oscar Wilde citaba La duquesa de Padua como su obra de juventud más completa, aunque en mi opinión, resulta demasiado convencional para tratarse de él. No puede decirse que sea mala (faltaría más), pero para mi gusto, le falta algo de gancho.

Puntuación: 6

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