jueves, 17 de febrero de 2011

La tentación vive arriba

Imagen de Wikipedia
Título: La tentación vive arriba (The seven year itch)
Director: Billy Wilder
Intérpretes: Tom Ewell, Marilyn Monroe, Evelyn Keyes, Robert Strauss
Año de estreno: 1955

Él, ella y la rejilla del metro. Y de ahí a la eternidad. Es parte de la cultura popular, como lo es esa chica rubia e ingenua, sin nombre, que enloquece tanto al protagonista de la película como a los espectadores. Si fue Marilyn Monroe una de las grandes culpables de la aparición del tópico de rubia tonta, se le perdona con su interpretación del cautivador personaje de la chica sin nombre.

El argumento de La tentación vive arriba (inmortal título español sin nada que ver con el original, que literalmente significa "La sarna del séptimo año", expresión que alude entre los psicólogos a la crisis que existe en el seno del matrimonio a los siete años de estar casados) gira en torno a un hombre llamado Richard Sherman que se queda en Manhattan trabajando tras mandar a su esposa y a su hijo de veraneo. El bueno de Richard se caracteriza por tener una imaginación desbordante que se dispara cuando conoce a su nueva vecina, una atractiva joven que ha alquilado el apartamento que hay sobre el suyo. Desde ese momento, la vida del pacífico editor se debate entre la fidelidad a su esposa y la tentación que representa la chica, y todo lo que ella conlleva.

La trama no es ningún secreto; es más, es un clásico. Sin embargo, La tentación vive arriba es una cinta de visionado obligatorio gracias a la mano mágica de Billy Wilder, un verdadero genio de la comedia que logró sacar de la impuntual e inconstante Marilyn un personaje legendario, y que a pesar de perder la paciencia con ella muy a menudo (tal y como él mismo no tuvo reparos en admitir), fue capaz de volver a rodar con ella otro de sus títulos más clásicos, Con faldas y a lo loco. La mano maestra de Wilder se aprecia en la película que tratamos, como en otras, por sus situaciones disparatadas, que en este caso tienen lugar en la imaginación del protagonista, y sus hilarantes personajes, especialmente los secundarios. Pero aunque esta película ha pasado a la historia gracias a Marilyn, el estrellato debería haber recaído en el genial Tom Ewell, que interpretó el mismo papel para el celuloide que había realizado sobre las tablas de Broadway. Este actor, cuya carrera en el cine fue corta, da vida a un excelente Richard Sherman, tan caricaturesco como creíble; su actuación en La tentación vive arriba le valió un Globo de Oro en 1955.

La película adapta una obra de teatro de George Axelford que tuvo que ser reescrita en muchas de sus partes por Billy Wilder y el propio autor para evadir el inquisitorial Código Hays que regulaba las escenas "indecorosas" en el cine. En consecuencia, el tono general es mucho menos explícito que en la obra original, pero dudo mucho que provoque las carcajadas que a mí, personalmente, me hizo soltar la película de Wilder.

Puntuación: 10

miércoles, 16 de febrero de 2011

Ciudad de Hueso

Título: Cazadores de Sombras 1. Ciudad de Hueso
Imagen de ebooks.elcorteingles.es

Autor: Cassandra Clare
Año de publicación: 2007
Editorial: Destino

Una buena portada es definitiva. Nos guste o no, las cosas nos entran por los ojos, y una portada con un buen diseño o, en última instancia, con un título con gancho, pueden lograr que un libro desconocido nos atraiga. Eso fue lo que me pasó con el primer volumen de Cazadores de Sombras, el enésimo ejemplo de una trilogía cuyo éxito anima a su autora a continuar escribiendo sobre los personajes que la protagonizan. Entre la brillante portada que evoca la fantasía urbana vertida en sus páginas y los interesantes títulos de cada una de las entregas de esta saga (soy una fetichista de los títulos, qué le vamos a hacer), Cazadores de Sombras me atrapó irremediablemente y me animó a descubrir la historia que tiene lugar en una Nueva York desconocida.

Clary Fray tiene quince años y una vida normal hasta que presencia en la discoteca Pandemónium cómo dos chicos y una chica persiguen a un hipnótico joven de pelo azul y le matan. Lo más extraño es que sólo ella parece verlo, y es que los jóvenes a los que ha visto actuar son cazadores de sombras, cuya misión es velar porque los subterráneos, nombre genérico para todas las criaturas no humanas, no interfieran en los asuntos de los humanos corrientes. Clary desearía hacer que todo eso no ha sucedido, pero entonces su madre desaparece y ella se ve envuelta en los asuntos de la Clave, la organización que regula a los cazadores de sombras, en compañía de su mejor amigo Simon y del sarcástico y cínico cazador de sombras Jace.

Guau, misterios, poderes ocultos, criaturas sobrenaturales y triángulo amoroso. ¿Qué hay de nuevo, entonces? En mi opinión, lo verdaderamente interesante es el estilo de la autora, que no da tregua a las aventuras que se suceden para la buena de Clary y sus amigos con un ritmo trepidante. Las revelaciones más o menos sorprendentes se van sucediendo hasta llegar al giro final, inesperado en esta clase de literatura pero con bastantes similitudes con cierta película muy famosa. De hecho, uno de estos giros argumentales fue lo que me chafó un poco la historia al final, aunque tengo la esperanza de que los siguientes volúmenes de la trilogía, ya publicados en España, me animen. Pese a todo, el desarrollo es interesante, no voy a restarle méritos.

¿Y por qué decía que el éxito de la trilogía ha animado a la autora a escribir más? Pues porque las ventas de las tres entregas de The Mortal Instruments (título original de la saga, suena a slasher de serie B) han bastado para que firme por una trilogía a modo de una especie de precuela, o mejor dicho: una trilogía ambientada en el mismo mundo pero mucho antes de los acontecimientos narrados en la original, nada menos que en la Inglaterra victoriana, y otra trilogía más que servirá de secuela directa a la que ahora mismo tratamos. La primera entrega de esa "precuela" ya ha sido publicada tanto en Estados Unidos como en España bajo el original nombre de Cazadores de Sombras: Orígenes (parece que el cambio de nombre para esta nueva trilogía, llamada originalmente The Infernal Devices, no ha convencido a la editorial española, en parte porque su nombre se conecta indirectamente con el de la primera trilogía, cambiado para España, como siempre pasa).

En definitiva, que Cazadores de Sombras promete. Ya me lo decía a mí la portada...

Puntuación: 8

martes, 15 de febrero de 2011

Vera, o los nihilistas

Imagen de valdemar.com
Título: Vera, o los nihilistas
Autor: Oscar Wilde
Año de publicación: 1880
Editorial: Valdemar

Tengo varios mentores. Ya sé que la gente normal sólo tiene uno, pero yo he conocido a varias personas a las que puedo considerar como tales. Irónicamente, un escritor al que jamás conoceré es una de esas personas; lo llamo mi mentor literario. Sí, claro que hablo de Oscar Wilde. Vale, sé que no me parezco a él lo más mínimo, pero sigo admirándole y me encanta perlar mis pensamientos (no tanto mis conversaciones) con alguna de sus fabulosas citas; una de ellas adorna este blog.

Como amante de Wilde que soy, tras devorar su única novela y todos sus cuentos (altamente recomendables), decidí echar por tierra mi propia opinión de que no me gusta leer teatro para hacerme con el volumen de Teatro completo editado por Valdemar. La reseña de la primera obra del mismo ocupa estas líneas.

Vera, o los nihilistas se desarrolla en Rusia, y la protagonista titular es una intrépida joven, hija de un posadero, que se adscribe al movimiento nihilista de Moscú para vengar a su hermano, arrestado y trasladado a Siberia por pertenecer a dicho movimiento de oposición al zar. Vera no tarda en convertirse en todo un símbolo de la revolución contra el totalitarismo, y ella misma es la delincuente más buscada de toda Rusia. Sin embargo, su percepción de dicha misión cambia cuando se revela la verdadera identidad de Alexis, un estudiante de Medicina adscrito a los nihilistas y del que Vera está enamorada: no es otro que el zarevich, el heredero al trono ruso.

Vera, o los nihilistas fue la primera obra de teatro que redactó Wilde, un verdadero fracaso en escena; todo lo opuesto a sus comedias posteriores. Se aprecia fácilmente en Vera que se trata de una obra de juventud, de aprendizaje: el drama bebe de unas fuentes shakespearianas fácilmente reconocibles, pero comienza a despuntar el afilado ingenio del dramaturgo, que pone en boca de sus personajes citas tan afiladas como "La vida es demasiado importante como para hablar de ella en serio", "El Cielo es déspota. Allí me sentiré como en casa" o "La indiferencia es la venganza del mundo hacia los mediocres", entre otras.

La inspiración para la obra procede de un acontecimiento real que tuvo lugar en la época y que alcanzó repercusión internacional: una joven rusa llamada, precisamente, Vera, disparó a un jefe de policía por arrestar a su novio, un estudiante nihilista. Durante el proceso salieron a la luz las espantosas torturas que dicho policía infligía a los presos en sus cárceles, y se vio obligado a dimitir, mientras que la joven fue absuelta. El resto es, para Wilde, literatura. Rusia era para Europa la viva imagen de una monarquía absoluta, y los nihilistas de Wilde no son literalmente eso, sino una especie de socialistas que luchan por la república en Rusia, pero para Wilde esta lucha no es más que una postura estética: la belleza de la revolución, Romanticismo. La ideología pasa a segundo plano, y se limita a formar parte del marco que rodea el desgraciado amor entre Vera y Alexis y las actividades clandestinas del grupo al que pertenece ella. En resumen: no es difícil darse cuenta de que Vera, o los nihilistas se encuentra a años luz de las piezas más inspiradas del autor, pero como obra de aprendizaje, es de las mejores.

Puntuación: 7

viernes, 11 de febrero de 2011

El hundimiento


Imagen de Wikipedia
Título: El hundimiento (Der Untergang)
Director: Oliver Hirschbiegel
Intérpretes: Bruno Ganz, Alexandra Maria Lara, Ulrich Matthes, Juliane Köhler
Año de estreno: 2004

Cada cierto tiempo se exige al pueblo alemán que condene públicamente los terribles acontecimientos que tuvieron lugar durante el auge del nacionalsocialismo con Hitler como cabeza visible. Hay quien cree que todos los alemanes sabían y aprobaban los horrendos crímenes que llevaba a cabo el régimen, que todos los alemanes vivían muy bien, y por mucho que pasan los años, los lustros, las décadas, se sigue esperando que se disculpen. Y ellos lo hacen.

Los dirigentes nacionalsocialistas y sus tropas, obnubiladas por su lunático credo y su aún más lunático líder, trataron de alcanzar su objetivo sin sentir la más mínima compasión por los civiles tras salir de la humillante I Guerra Mundial, para mandarles después de la segunda contienda a los dolorosos brazos de la Guerra Fría. Los alemanes también fueron víctimas, y sin embargo, realizan una admirable autocrítica en películas como ésta.

El hundimiento retrata, basándose en los testimonios de las personas que le sobrevivieron, las últimas semanas de la vida en el búnker donde se refugiaba Adolf Hitler. Aunque la principal protagonista de la cinta es Traudl Junge, una de las secretarias de Hitler y autora de la principal crónica que sirvió para documentar esta película, Hasta la hora final, a lo largo del metraje vemos aparecer a numerosos personajes históricos cuyas vidas giran en torno al Führer y a la vida militar, que no están dispuestos a asumir lo que parece evidente: que Alemania ha perdido al II Guerra Mundial.

Durante sus dos horas y media de metraje El hundimiento proporciona una acongojante visión del reducido y asfixiante espacio del búnker, en el que se halla toda la corte de Hitler. El desarrollo se ciñe fielmente a los acontecimientos históricos y todos los personajes que desfilan los históricos; por el búnker vemos pasar a todos los gerifaltes del partido nazi. Tan sólo un personaje es creado para esta película: el niño soldado Peter, que personifica la lealtad ciega que se inculcaba en las Juventudes Hitlerianas; su padre, un mutilado de la I Guerra Mundial, representa a la población que sobrevivió a esta contienda. El choque entre ellos plasma parte del ambiente que se respiraba en la sociedad alemana en torno a la II Guerra Mundial. El desarrollo de la historia resulta verdaderamente brutal, y el espectador puede apreciar claramente que hubo nazis más nazis que Hitler.

Visualmente, El hundimiento goza de una impresionante verosimilitud en la caracterización de los actores y en los decorados. Resultan especialmente impresionantes el muy alabado trabajo de Bruno Ganz como Adolf Hitler (el primer actor alemán que representó a este personaje desde el fin de la guerra) o del matrimonio Goebbels; personalmente, a mí se me ha quedado más marcada la imagen de Magda Goebbels, una de las adeptas más fanáticas del partido. Su frase "No quiero que mis hijos crezcan en un mundo sin el nacionalsocialismo" se me ha quedado grabada como un verdadero ejemplo de hasta qué punto puede una ideología llevada al extremo destrozar vidas humanas.

El hundimiento es una película devastadora, muy dura e increíblemente bien realizada, valiente, en mi opinión, porque obliga a toda una nación a enfrentarse a los horrores de su pasado, pero muestra a todos los demás que no se puede culpar a todo un pueblo por los errores de sus dirigentes. En mi opinión, El hundimiento habla por sí misma de lo que sucedió en el seno de Alemania durante el período más negro de su Historia.

Puntuación: 9

jueves, 10 de febrero de 2011

Enredados

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Título: Enredados (Tangled)
Director: Nathan Greno y Byron Howard
Intérpretes (voces): Mandy Moore, Zachary Levi, Donna Murphy, Brad Garrett
Año de estreno: 2010

No importa la cantidad y variedad de películas que vea, lo buenos que sean los actores o lo currado que esté el argumento: ningún inicio logra emocionarme más que la estrella fugaz trazando un arco sobre el castillo de la Bella Durmiente que precede a toda película de Disney. Soy una nostálgica, y creo firmemente que Disney, sobre todo con sus últimas películas, invita a su audiencia no infantil a no perder nunca ese toque de nostalgia por la niñez, pero es una nostalgia alegre, no melancólica. Un dato: de las diecisiete personas que vimos ayer Enredados en el pase al que yo acudí, sólo cuatro eran niños.

Enredados adapta el cuento de Rapunzel de los hermanos Grimm de una manera genuinamente Disney: la heroína tiene una larguísima melena mágica y vive encerrada en una torre por su supuesta madre, una ambiciosa mujer llamada Gothel. Rapunzel se siente sola pese a contar con la compañía de su camaleón Pascal, y su mayor sueño es salir de su torre para ver de cerca las luces flotantes que surcan el cielo cada año en su cumpleaños. La oportunidad de hacerlo le llega cuando, un día antes de cumplir los dieciocho, alguien entra en la torre: se trata de Flynn Rider, un ladrón que escapa de la guardia del reino y de sus propios compinches tras robar la corona de la princesa desaparecida.

Todos conocemos el gusto de la factoría Disney por los cuentos clásicos, adaptados siempre con una serie de valores marca de la casa y en su mayor parte con elementos añadidos que permitan a la historia durar una hora y media. Esto se debe al propio Walt Disney, un gran defensor de la inocencia de los niños, al que los cuentos europeos originales no le parecían apropiados para los niños. Invito a mis lectores a que lean los cuentos de Grimm sin edulcorar: Blancanieves es la historia de una reina celosa de la belleza de su hija (no hijastra) de siete años, a la que intenta matar; Cenicienta contiene mutilaciones variadas... Rapunzel es un clásico que en su desarrollo original contiene altas dosis de egoísmo por parte de los padres de la protagonista (su padre roba a una bruja una especie de lechuga llamada precisamente rapunzel porque su mujer embarazada tiene un antojo y no tiene reparos en entregarle el bebé a la bruja a cambio) y cuenta con un príncipe que sufre numerosas desgracias por ella. Esta tragedia griega, que además conforma un cuento muy corto, se ve alterada hasta darle al argumento un esquema mucho más adecuado para la clase de películas que realiza actualmente el estudio prácticamente desde la creación de los personajes: la Rapunzel original es una campesina, pero la de Disney es una princesa (ojo, esto no es un spoiler, se dice en el prólogo de la película); no hay bruja ni príncipe, sino una mujer fría y calculadora y un ladrón con buen corazón. A ellos se suman las típicas mascotas de las películas Disney: el camaleón Pascal y el caballo Maximus. El argumento en sí está muy destinado a un público infantil, con chistes sencillos y personajes feos y bondadosos; al contrario que Tiana y el sapo, que parecía más destinada a los nostálgicos del Disney "de antes" entre los que me cuento (al parecer, pese a su éxito de crítica, en taquilla no recaudó tanto como Disney esperaba), Enredados trata de recuperar la fidelidad del público infantil. Lo que yo me pregunto es si resulta tan difícil combinar ambas cosas, como en las películas de antes: ves Aladdín ahora y pillas cosas de las que no fuiste consciente cuando viste la peli por primera vez. Pero bueno, al menos Disney no se duerme en los laureles del dinero fácil que proporcionan Hannah Montana y High School Musical con sus toneladas de merchandising; a mí con eso me vale.

Con Enredados, Disney abandona su fugaz regreso a la animación tradicional para realizar un excelente trabajo en animación por ordenador. Enredados es la segunda película más cara realizada en toda la Historia del Cine, pero también es la tercera película más exitosa en taquilla de la factoría Disney, por detrás de El rey león y Aladdín. Se ha trabajado en ella durante varios años, y un total de seis personas se dedicaron en exclusiva a la animación del pelo de Rapunzel. Una increíble y ardua tarea que tiene como resultado una espectacularidad técnica perfectamente combinada con un aspecto que enlaza con las clásicas películas de princesas del estudio; Rapunzel está diseñada para integrarse en el club de las "princesas Disney" y sin duda es el elemento más típico de la historia, aunque sin duda es un personaje muy poco pasivo. No obstante, en mi opinión la gran apuesta es Madre Gothel, la antagonista de la historia, una mujer obsesionada con el envejecimiento y sospechosamente parecida a Cher.

La música queda una vez más a cargo de Alan Menken, que se ciñe perfectamente al carácter de la historia de Enredados tanto en la música instrumental como en las canciones que interpretan los personajes de la película (en serio, ¿qué es una peli de Disney sin sus canciones?). Una de ellas, I see the light (Por fin veo la luz en la versión española), interpretada por Rapunzel y Flynn en el momento más espectacular visualmente de la cinta, se encuentra nominada al Óscar por Mejor Canción (personalmente, me encantaría que lo ganara... ¡porque me da mucha pena que no hayan nominado a Enredados a Mejor Película de Animación! Un dato curioso que no viene al caso: según The Quentin Tarantino Archives, Enredados se halla entre las cinco mejores películas de 2010 para el director estadounidense). No obstante, en mi opinión la mejor canción es Something that I want, interpretada por Grace Potter en los créditos finales de la película, aunque la versión española, Algo así quiero yo, es un crimen perpetrado por Marta Sánchez y David Bustamante.

Esto me lleva al tema del doblaje. Aunque cada vez soy más proclive a la versión original en películas y series y la prefiero a los doblajes españoles, yo era de las que siempre rompían una lanza a favor de Disney, que solía gozar de un doblaje muy bueno (demonios, recordad ese Constantino Romero como Mufasa), e incluso defendí el doblaje chapucero de Tiana y el sapo, en el que es más que evidente el cambio de actriz de doblaje de la protagonista entre diálogo y canciones cuando, por arte de magia, al cantar Tiana tiene voz de negra. El doblaje de Enredados no me ha terminado de gustar, pero tampoco podría decir exactamente por qué. A medida que veía la película no dejaba de pensar que las voces no encajaban con los personajes. Me gustaría verla en versión original para poder comparar. Por lo demás, Enredados contribuye a la recuperación de ese espíritu Disney cargado de magia que se perdió hace algunos años, y que gracias a las últimas películas del estudio, demuestra hallarse en un magnífico estado de salud.

Puntuación: 8

martes, 8 de febrero de 2011

Espejismos

Imagen de www.hola.com
Título: Espejismos
Autor: Alyson Noël
Año de publicación: 2009
Editorial: Montena

Cómo pasa el tiempo: resulta que hace poco más de un año me leí Eternidad, el primer volumen de una saga conocida como Los Inmortales que se anunciaba avalado gracias a su condición de New York Times Bestseller. Francamente, todos las novelas juveniles que vengo leyendo han poseído ese codiciado estatus, a lo mejor se debe buscar otro medidor de excelencia... En definitiva, Eternidad no me fascinó precisamente, pero como soy así y las sagas me enganchan, en cuanto salió el segundo volumen, me lo compré. Vale, ha estado esperando en la estantería desde octubre, pero por fin me lo he leído.

Espejismos nos presenta a Ever en una nueva etapa: ha asumido su verdadera naturaleza, ha dejado que Riley, su hermana muerta, cruce al otro lado y lleva una vida perfectamente normal junto a Damen, su alma gemela, su tía Sabine y sus amigos en el instituto. Sin embargo, las cosas comienzan a adquirir un tinte extraño cuando aparece en escena Roman, un estudiante británico que parece gustar a todo el mundo menor a la propia Ever. Cuando un buen día todo el mundo comienza a llevarse muy bien los unos con los otros, Ever comienza a sospechar. Pero cuando esos extraños cambios afectan a Damen, a Ever le queda claro que tiene que actuar.

Espejismos, como buen libro publicado gracias a la racha Crepúsculo, ha sufrido una "adaptación" de su título para que la versión española del mismo quede en una sola palabra. No hay ni un sólo espejismo en toda la novela, pero sí que hay una Luna Azul, que es el título original. Miedo me da lo que hagan para titular Shadowland, la tercera entrega de la saga... Saga que durante este año verá publicado su sexto y último volumen, pero en el mismo universo se desarrolla un spin-off de las aventuras de Ever: la saga The Riley Series, que también durante este año verá publicada su segunda entrega.

La novela continúa con la premisa de Eternidad, y desde luego el resultado es el mismo: una novela entretenida que no resulta ninguna maravilla, con la gracia de que la heroína tiene que sacarse las castañas del fuego ella solita, esta vez de verdad, porque Damen está fuera de combate casi todo el libro, lo cual no quiere decir que Noël no escriba para inspirar en el lector compasión por la sufrida Ever, lo cual da un toque algo descafeinado al asunto. No es de lo mejorcito que ha publicado Montena, precisamente (la saga de Scott Westerfeld integrada por Traición, Perfección y Especiales o la de Medianoche, de Claudia Gray, están bastante mejor dentro de las publicaciones de narrativa juvenil en esta editorial), pero se deja leer. Tal vez, si la autora no se empeñase en darle ese matiz Disney (en el mal sentido) de "siempre hay esperanza", la saga adquiriría el toque oscuro que le falta.

Puntuación: 7

sábado, 5 de febrero de 2011

Revisión: Akira

Título: Akira
Director: Katsuhiro Ôtomo
Intérpretes (voces): Mitsuo Iwata, Nozomi Sasaki, Mami Koyama, Tarô Ishida
Año de estreno: 1988

Todo lo que tenemos los otakus occidentales se lo debemos a Akira.

Técnicamente, el creador del manga como estilo de cómic fue un médico llamado Osamu Tezuka, que, fascinado por el cine de Disney, inventó un estilo propio de dibujo, con personajes redondeados y con grandes ojos (herencia directa de Bambi, entre otros títulos) y un empleo de las viñetas inspirado en los fotogramas de las películas de animación del estudio estadounidense. Todo amante del manganime que se precie suele saber eso. Sin embargo, el bueno de Tezuka resulta irrelevante en lo que atañe a la entrada del manganime en Occidente. La carta de presentación de los cómics y la animación japoneses en este lado del mundo fue este revolucionario largometraje, que funcionó lo bastante bien como carta de presentación como para lograr la fastuosa acogida de la que goza desde entonces.

Akira condensa, en dos horas de metraje, un argumento que ocupa 2182 páginas de manga recogidas en seis tomos. La compleja historia se desarrolla en la ciudad de Neo-Tokyo, levantada sobre los escombros de la capital, destruida en un desastre nuclear ocurrido durante la III Guerra Mundial. Nos hallamos en el año 2019 (ya no suena tan lejano como en el estreno de la película), y Neo-Tokyo es una megalópolis sin ley, en la que reinan los políticos corruptos y el Ejército se encarga de reprimir violentamente las manifestaciones. En este entorno viven Kaneda y su banda de moteros, siempre en conflicto con otras bandas como ellos. Una noche, durante una pelea, uno de los miembros de la banda de Kaneda, el tímido Tetsuo Shima, sufre un aparatoso accidente a causa de un misterioso niño con aspecto de anciano. Como resultado, el Ejército se lleva a Tetsuo, y Kaneda se pone a buscar a su amigo. Mientras tanto, un misterioso proyecto científico experimenta con Tetsuo, buscando hallar un poder tan inconmensurable como terrorífico: el poder de Akira.


Debo reconocer que no comprendí del todo la trama de la película hasta haberla visto por segunda vez (y nada menos que en televisión, lo cual resulta más sorprendente todavía). La historia deja entrever una complejidad resumidísima para no pasarse del formato de película, eliminando para ello numerosos detalles narrativos y subtramas que están ampliamente desarrollados en el manga que dio origen a esta famosísima obra de animación, dirigida por el autor de la propia obra original. El desarrollo de Akira destaca por sus altas dosis de violencia (una de las características más difundidas del anime) y por el empleo de elementos narrativos y visuales que hoy se consideran clásicos del propio anime; algunos están incluso desfasados. Sin embargo, Akira cuenta con una animación brillante, de mayor calidad incluso que series y películas que se hacen hoy en día, un empleo del color que marcó una época y una música hipnótica e incluso perturbadora en algunas secuencias.

Akira es un clásico que no debería faltar en ningún ciclo de cine de animación, pero aviso para navegantes: esta película es el mejor ejemplo de que, al contrario de lo que se suele pensar en España, la animación no es sólo para niños.

Puntuación: 9