miércoles, 19 de enero de 2011

Hakuouki Shinsengumi Kitan

Título: Hakuôki Shinsengumi Kitan
Estudio de animación: Studio DEEN
Número de episodios: 22
Distribuidora en España: Ninguna
Emisión original: 2010

Vale que me las doy de intelectual, pero a veces incluso yo necesito un poco de fanservice. Por eso empecé a ver este anime, aunque sabía a lo que me exponía. Pocas veces una adaptación al anime de un videojuego da buenos resultados, pero, eh, tenía que intentarlo. Ya que no puedo jugar a los juegos originales, al menos, conocería la historia más allá de lo que se puede deducir de las imágenes oficiales del juego. Por supuesto, sabía que no debía esperar demasiado: un otome game siempre será un otome game.

Hakuôki nos presenta a Chizuru Yukimura, una muchacha de Edo cuyo padre parte en un viaje a Kioto. Al ver que no regresa, decide partir ella misma en su busca, y para ello se disfraza de chico. No obstante, al llegar a Kioto se topa con algo que no esperaba: una horda de samurais que parecen poseídos por una frenética sed de sangre y el Shinsengumi, una especie de cuerpo policial que vela por los intereses del shogunato. Ellos la arrestan para averiguar qué ha visto, y es que la existencia de esas criaturas, conocidas como rasetsu, está más relacionada con el propio Shinsengumi de lo que están dispuestos a permitir que se sepa, pero al descubrir el sexo de Chizuru, le ofrecen protección a cambio de su silencio, ya que ellos también están muy interesados en hallar el paradero del padre de la chica.

Tal vez los profanos en la materia se estén preguntando qué demonios es un otome game. Lo explicaré brevemente: los otome games son videojuegos destinados al público femenino y se engloban dentro de los llamados "juegos de citas", es decir, son aventuras gráficas en que el jugador/a se pone en la piel del protagonista (generalmente de su mismo sexo, de ahí que los otome games sean para chicas, ya que la protagonista es una chica) y aparecen una serie de personajes del sexo opuesto (o del mismo, hay juegos para todos los gustos). El jugador/a puede elegir a uno de ellos para desarrollar una relación, y normalmente cada personaje lleva añadidos unos requisitos para lograrlo, además de ciertos cambios en la línea argumental del juego. Este tipo de videojuegos son muy populares en Japón, pero hasta donde yo sé, apenas han salido de allí. Hakuôki Shinsengumi Kitan es un ejemplo de un juego de gran popularidad, con varias entregas para distintas videoconsolas, tanto portátiles como de sobremesa. En todos ellos la protagonista es la misma, y como personajes susceptibles de desarrollar una relación con ella se encuentran personajes históricos (convenientemente rediseñados como bishônens por la ilustradora de la saga, mi admirada Kazuki Yone) como Toshizô Hijikata, Hajime Saito, Sôji Okita, Sanosuke Harada o Heisuke Tôdô, además del antagonista del juego, éste ficticio, Chikage Kazama. Otros personajes, tanto históricos como ficticios, desfilan por las distintas entregas de la saga.

No es raro ver series manga y animes que incorporan elementos, personajes e incluso acontecimientos históricos a su trama, por lo que a nadie debería escandalizarle este apropiamiento de Hakuôki. Después de todo, los Shinsengumi son los héroes románticos japoneses por excelencia: abnegados guerreros que combatieron por sus ideales y murieron por ellos uno tras otro. Se me ocurren varios títulos que hacen algo similar. No niego que posiblemente en los videojuegos funcione (a la vista está su éxito), pero la adaptación al anime hace aguas por todas partes, en mi opinión porque trata de ceñirse demasiado a los acontecimientos que tuvieron lugar durante la Revolución Meiji, de modo que llega un momento, sobre todo durante la segunda temporada (los 22 episodios de Hakuôki se dividen en dos temporadas: la primera, de 12 episodios, se tituló sencillamente Hakuôki Shinsengumi Kitan. Al finalizar ésta, y visto su éxito, se realizó una segunda de 10 episodios llamada Hakuôki Hekketsu-roku), en que la presencia de los personajes no históricos, y todo lo que éstos aportan a la historia (esto engloba a la propia protagonista, lo cual no deja de ser grave) parece metido con calzador y salpica una crónica de las derrotas del disgregado Shinsengumi durante su etapa de declive, sólo que con chicos guapos donde deberían ir los rudos samurais que fueron sus integrantes (y bastante feos, la verdad). En resumen, que la mezcla entre elementos reales y elementos ficticios resulta bastante mal, en definitiva, y si a eso le sumamos que Hekketsu-roku apenas tiene momentos de alivio cómico y que (atención, spoiler) empiezan a morir personajes y cuando te quieres dar cuenta no queda ni uno (fin del spoiler), lo cierto es que la segunda temporada en general desluce bastante a la primera, que sin ser ningún prodigio es entretenida, aunque viéndola se note que los sucesos que tienen lugar en ella sin un "best of" de los videojuegos iniciales.

Vaya, la verdad es que yo quería destrozar esta serie y no parece que lo esté logrando... Supongo que en el fondo siento debilidad por ella, ya que me hice fan de sus geniales diseños e ilustraciones antes de que Idea Factory tuviese la genial idea (qué ironía más cruel) de estrenar este anime cuya única virtud real es la de aclarar la base del argumento: por qué está Chizuru en Kioto, qué relación existe entre su padre y los rasetsu, qué es el ochimizu, quién es Chikage Kazama y cuáles son sus planes, y poco más. Como además no tengo claro si las distintas entregas de la saga de videojuegos son lineales o se solapan, el resultado sigue siendo caótico.

Puntuación: 5

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