viernes, 3 de julio de 2009

Frida


Título: Frida
Director: Julie Taymor
Intérpretes: Salma Hayek, Alfred Molina, Antonio Banderas, Geoffrey Rush
Año de estreno: 2002

Como historiadora del arte, siento interés por las películas que tienen como protagonistas a artistas destacados. Por esa razón vi Los fantasmas de Goya, que no es precisamente la mejor película de Milos Forman. No obstante, aunque sabía de la existencia de Frida, no la había visto porque, francamente, Frida Kahlo nunca ha sido una de mis pintoras predilectas. Cuando la estudié por primera vez, en una asignatura llamada Arte de entreguerras, el profesor nos lo advirtió: Frida Kahlo levanta grandes pasiones y encendidos odios, y su figura ha sido de las más utilizadas por distintas corrientes de pensamiento: feminismo, anti-feminismo... En aquella ocasión comenzó a atraer cierta curiosidad por mi parte, pero el interés nació cuando leí un libro que le regalé a mi madre: Diego y Frida, escrito por Jean Marie Gustave Le Clézio, último ganador del Premio Nobel de Literatura. Este libro, no muy voluminoso pero apoyado en una sólida bibliografía, nos hizo cobrar bastante interés a mi madre y a mí por la buena de Frida: hemos mirado libros con sus cuadros y hemos visto la versión cinematográfica de su historia.

El argumento se explica deprisa, pues el filme se dedica a narrar la vida de Frida Kahlo desde su primer encuentro con Diego Rivera, cuando ella tenía diecisiete años, hasta su muerte. Naturalmente, Frida es la protagonista absoluta, pero su vida sería imposible de relatar sin la omnipresencia de Diego en ella. Incluso su ausencia resulta harto relevante.

Es de sobra conocido el conflicto que enfrentó a dos de las grandes divas latinas de Hollywood por este proyecto: Jennifer Lopez y Salma Hayek, quien finalmente se llevó el gato al agua y con razón, en mi opinión, tanto como productora como protagonizando la película. Además de tener la misma nacionalidad (y es que para los mexicanos, Frida es todo un símbolo nacional), el parecido entre ellas, matizado gracias a una magnífica caracterización (no en vano recibió el óscar al Mejor Maquillaje) ,da lugar a la verdadera Frida Kahlo. Claro que, semejante labor no se quedó sólo en la protagonista: también el resto de actores, entre los que destacan varios rostros conocidos, están perfectamente caracterizados. Teniendo en cuenta que un buen número de ellos encarnan a personajes reales, la labor resulta tanto más encomiable. En mi opinión, los mejores son Alfred Molina como Diego Rivera y Geoffrey Rush como León Trotsky. Además hay un cameo de Chavela Vargas como cantante en un bar en una preciosa secuencia.

Lo que más me gusta de Frida es que se nota que es una película hecha con cariño, con gusto, ¿cómo explicarlo...? Con ganas, es de esas películas en que se nota que los actores disfrutan con su trabajo. La propia Hayek está exultante, y se entiende, después de haber luchado tanto. A pesar de ser una producción norteamericana, el sabor mexicano está presente a lo largo de toda la cinta, reflejando de manera muy fiel la manera de ser de las gentes de aquel país, su ambiente. A esto contribuye la banda sonora, plagada de melodías locales. Un segundo óscar para Frida muy merecido.

Otro detalle que me encanta son los pequeños motivos fantásticos que irrumpen en el relato, rompiendo su solemnidad y aportándole frescura. Es de esas cosas que hemos visto en decenas de películas pero en ninguna de este estilo. En conjunto, es una obra con tan buen resultado que se le perdonan las incorrecciones históricas que comete. Quizá la más grave sea el romance de Frida y Trotsky: aunque se trata de una leyenda muy difundida, no hubo tal aventura entre ellos, tan sólo mutua admiración.

Mi única pega, y ya es algo muy personal, es al doblaje español. Creo que si la viese con el doblaje mexicano (si es que no se hizo uno en sudamericano neutro) la película tendría mucha más fuerza, o mejor dicho, más esencia propia. Y creo que la propia Frida lo preferiría.

Puntuación: 8

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