martes, 9 de junio de 2009

Las vírgenes suicidas


Título: Las vírgenes suicidas (The virgin suicides)
Directora: Sofia Coppola
Intérpretes: James Woods, Kathleen Turner, Kirsten Dunst, Josh Hartnett
Año de estreno: 1999

Sólo conocía dos películas de Sofia Coppola. Lost in translation me aburre soberanamente; en cambio, María Antonieta se encuentra entre mis preferidas. La balanza se encontraba, pues, equilibrada. No obstante, considero a la hija de F. F. Coppola una directora muy prometedora, con un tratamiento estético de las películas muy interesante, al igual que las propias historias. Y eso lo digo aun habiéndome aburrido con Lost in translation, y es que el argumento y lo que trata de transmitir es muy bueno; el único problema es que "no pasa nada", se recrea de tal modo en la inmovilidad y el hastío de los personajes que consigue que sintamos que no sucede nada relevante, pero he ahí la metáfora.

Las vírgenes suicidas adapta una novela homónima que no he tenido el placer de leer, y narra una inquietante historia de cinco hermosas hermanas que se suicidan en plena adolescencia, durante los años 70. ¿Por qué? Sofia Coppola dedica la totalidad del metraje a introducirnos en su vida a través del narrador, que no es otro que uno de los chicos fascinados por las cinco hermanas Lisbon. Hijas de una pareja conservadora y católica, las cinco chicas, con edades comprendidas entre los trece y los diecisiete años, de cabello rubio y aire virginal, son tan deseables como inalcanzables, pues su severa madre, con ánimo de protegerlas, apenas les permite tener contacto alguno con otros seres humanos fuera de su vida en el instituto. Los hechos se desatan con el suicidio, al segundo intento, de la menor de las hermanas, Cecilia. El fantasma de lo sucedido planea sobre las cuatro muchachas restantes, cuyo único deseo es vivir su adolescencia como cualquier otra chica de su edad. La que más lejos llega es Lux, de catorce años, la más rebelde y casquivana, cuyos devaneos con el chico más popular del instituto, Trip Fontaine, provocan el "arresto domiciliario" al que se ven sometidas las cuatro hermanas, alimentando con su triste situación los cotilleos entre las vecinas y la atracción de los chicos. Como se puede deducir por el título del largometraje, su triste vida culmina en tragedia.

La trama motiva una enorme curiosidad, pues queremos saber qué sucede a las cinco chicas (o cuatro), que podrían tenerlo todo para ser felices y sin embargo son tan desgraciadas entre los muros de su propio hogar. Probablemente esa curiosidad venga motivada por la voz en off del narrador, uno de los chicos que a lo largo de los años han tratado de comprender la totalidad de la historia de las hermanas Lisbon, introduciéndonos en escenas que ellos nunca presenciaron, pero sí nosotros. Esa fascinación por las cinco chicas se nos contagia. Además, Sofia Coppola hace alarde de su magnífico estilo estético dotando a las escenas de un aspecto lechoso, perezoso, que realza el aspecto ingenuo de las rubias hermanas Lisbon, que parecen sacadas de un cuadro de Burne-Jones.

Muy recomendable también es la música, que combina los temas instrumentales (el score), compuestos por el grupo Air, con los temas vocales, en su mayoría música de la época en que está ambientada la película, los años 70. Los distintos temad del score son variaciones de un tema central, también vocal, compuesto por Air: Playground lover, una canción que se me quedó grabada durante días, reflejo de una gran tristeza y melancolía.

En resumen, Las vírgenes suicidas es una película altamente recomendable para una tarde lluviosa en que nos apetezca pensar y pensar...

Puntuación: 9

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