viernes, 26 de junio de 2009

La colmena


Título: La colmena
Autor: Camilo José Cela
Año de publicación: 1951
Editorial: Biblioteca El Mundo

Siempre que nos topamos con una de esas listas en las que se enumeran una serie más o menos larga de libros de obligada lectura, encontramos varios de ellos que resultan inamovibles en todos los criterios, entre ellos El Quijote, Cien años de soledad, Hamlet y La colmena. Precisamente en una de esas colecciones encontré el volumen de la famosa obra de Cela. Decidí leérmela por una cuestión de cultura general; exactamente por lo mismo me leí El tambor de hojalata. En defensa de La colmena puedo decir que se me hizo mucho menos interminable que la novela de Grass.

¿Y de qué trata La colmena? No tiene un argumento definido. La novela se limita a retratar la vida de numerosos personajes en el Madrid de posguerra, con la sombra de las guerras civil y mundial planeando sobre sus cabezas y la miseria enganchada a los bolsillos. Sus vidas se cruzan en los ambientes que frecuentan: cafés, burdeles, casas particulares... Todos ellos llevan a cabo un encomiable esfuerzo por sobrevivir a los malos tiempos que les han tocado vivir. Destaca el tratamiento del amor y del sexo: las mujeres de la novela, especialmente las más jóvenes, están más que dispuestas a convertirse en amantes de los hombres casados para sacar algún dinero. La miseria está reñida con la moralidad, a veces incluso con la dignidad.

Aunque la novela pretende conformar un fresco del Madrid de los años 40, aprecio diferenciaciones entre los personajes; se percibe por cuáles siente especial interés el autor, pues son a los que más sigue en su andadura cotidiana. Sin embargo, hay otros de los que se habla una sola vez y a continuación desaparecen. Igual que con la gente que pasa por nuestras cómodas vidas del siglo XXI, por otro lado.

La colmena es una obra maestra de tal envergadura que no me atrevo a hacer juicios de valor demasiado contundentes; sólo puedo decir que, si bien no se ha convertido en la novela de mi vida, no me ha resultado cargante. No me ha parecido uno de esos libros que, siendo relativamente finos (comparemos sus 275 páginas con las, pongamos, 800 y pico de La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina), se pregunta uno: "¿pero es que no se acaba nunca?". Me ha parecido especialmente interesante para conocer las maneras de vivir y pensar de los años de posguerra, una época que los civiles recuerdan con más horror que la propia Guerra Civil.

Puntuación: 5

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